Saltar a contenido principal

Revista Haroldo

Diálogo con el pasado y el presente

24/09/2021

Prosas profanas #9- Philip Larkin

Prosas profanas no es un homenaje, es un ritual de invocación, un brazo estirado que clava sus uñas en el aire y atisba lo sagrado. El tiempo se pliega y las voces del pasado reverberan en nuestra imaginación como un camino, como un coro que nos permite hacerle frente al caos. Revista Haroldo publica una selección de poemas de Philip Larkin, seleccionados y traducidos por la poeta María Florka.

Philip Larkin (1922 – 1985) fue un poeta y bibliotecario inglés. Sus poemas suelen caracterizarse por un lenguaje llano y directo, pero con una profundidad que se encuentra en el “entre”. Como si Larkin trazara en un mapa significados posibles y coordenadas para tratar de captarlos a través de sus palabras, se forma un cuadro donde su poesía no proporciona significados cerrados, sino apertura constante a la posibilidad. Enriquecido también por su registro característico, por los ritmos utilizados y elecciones en los cortes de verso, se conforma una literatura cuidada y larkinianamente honesta y sombría. La soledad, el desamor, la sexualidad y el sentimiento de desgarro son temas recurrentes que dan cuenta de un yo lírico que se muestra abandonado a la condición humana y lo manifiesta sin tapujos.

Lo que más llama la atención de la poesía de Larkin tal vez sea su visceralidad mordaz que no se esconde tras lirismos sino que se deja ver evidentemente en todo momento, recurriendo a elementos ordinarios y comunes, pero que no son contemplados como tal. El punto de vista se distorsiona a favor del “entre” que brilla a través de dichos elementos ordinarios. A fin de cuentas, Larkin escribe y no deja de abrir espacios de sentido que apuntan a lo no dicho e ilumina las ranuras de la cotidianidad.

Por María Florka (María Florencia Rojas Fila)

 

San Telmo 2021. Foto: Tam Muro

De The North Ship (1945)

IV Amanecer

Despertar y oír un gallo
a lo lejos gritando,
tirar las cortinas hacia atrás
y ver  las nubes volar-
qué extraño es
para el corazón estar sin amor, y tan frío como esto.

 

 

XVI

La botella se termina para la una;
A las dos, el libro está cerrado;
A las tres, los amantes se acuestan separados,
el amor y su comercio hecho;
y ahora las luminosas manos del reloj
muestran pasadas las cuatro,
el momento de la noche en el que vientos descarriados
molestan a la oscuridad.

 

Y estoy harto por querer dormir;
tan harto, que puedo creer a medias
el río silencioso vertiendo desde la cueva
no es ni fuerte, ni profundo;
solo una imagen arreglada en presunción.
Me acuesto y espero a la mañana, y los pájaros,
los primeros pasos dándose en la calle sin barrer,
voces de chicas con bufandas alrededor de sus cabezas.

 

 

XIX: Hermana fea

Voy a trepar treinta escalones hasta mi habitación,
acostarme en mi cama;
dejar que la música, el violín, la corneta y tambor
se adormezcan de mi cabeza.

 

Como no fui favorecido en la adolescencia
y traído al amor,
voy a prestarle atención a los árboles y su agraciado silencio,
a los vientos que se mueven.

Río Gallegos 2019. Foto: Tam Muro

 

De The Less Deceived (1955)

Lugares, Amados

No, nunca he encontrado
el lugar donde podría decir
Esta es mi tierra propia,
aquí me quedaré;
ni tampoco conocido a ese alguien especial
que tiene derecho instantáneo a reclamar
todo lo que poseo
a mi nombre;

 

Encontrar eso parece probar
que no querés elegir en donde
construir, a quien amar;
les pedís que 
te liberen irrevocablemente,
así no es tu culpa
que la ciudad se vuelva lúgubre,
la chica una tonta

 

Pero, incluso habiéndolas perdido, estás
destinado, sin embargo, a actuar
como si por lo que te conformaste
de hecho, te aplastara;
será más sabio alejarse
de pensar que aún puedas rastrear
sin nombre al día de hoy
tu persona, tu lugar.

 

Patio San Ramón 2019. Foto: Tam Muro

Engaños

“Por supuesto que estaba drogado, y tanto que no recuperé la consciencia hasta la mañana siguiente. Estaba horrorizado al descubrir que había sido arruinado, y por algunos días estuve inconsolable, y lloré como un chico al que estaban por matar o mandar de vuelta con su tía”. Mayhew, London Labour and the London Poor

Incluso distante, puedo saborear la pena,
amarga y afilada con tallos, él te hizo tragar.
La ocasional huella del sol, la enérgica breve
preocupación de las ruedas a lo largo de la calle afuera
donde la Londres nupcial se inclina hacia el otro lado,
y luz, irrespondible y alta y ancha,
prohíbe a la cicatriz sanar, y conduce
a la vergüenza fuera del escondite. Todo el día sin prisa
tu mente estuvo abierta como un cajón de cuchillos.

Barrios pobres, años, te han enterrado. No me atrevería
a consolarte si pudiera. ¿Qué puede ser dicho,
excepto que el sufrimiento es exacto, pero que donde 
el deseo se hace cargo, las lecturas se volverán erráticas?
Porque no te importaría tanto
que estuviste menos engañada, en esa cama,
que él, tropezando hacia arriba en la escalera sin aire
para combustionar en el ático desolado de la realización.

 

San Telmo 2019. Foto: Tam Muro

De The Withsun Weddings (1964)

Ignorancia

Qué extraño saber nada, nunca estar seguro
de lo que es verdad o correcto o real,
pero forzado a calificar así me siento,
o Bueno, así parece:
alguien debe saber.

 

Qué extraño ser ignorante de la manera en que las cosas funcionan:
su habilidad para encontrar qué necesitan,
su sentido de la forma, y puntual esparcimiento de la semilla,
y voluntad para cambiar;
sí, es extraño,

 

Incluso usar tal conocimiento  -porque nuestra carne
nos rodea con sus propias decisiones-
y sin embargo pasar toda nuestra vida con imprecisiones,
que cuando empezamos a morir
no tenemos idea por qué.

 

El Tigre. Foto: Tam Muro

De High Windows (1974)

Ventanas altas

Cuando veo un par de chicos
y adivino que él se coge a ella y ella
toma pastillas o usa un diafragma,
sé que esto es el paraíso

 

Todo viejo ha soñado su vida -
obligaciones y gestos a un lado 
como una anticuada cosechadora,
y todo joven yendo por el largo tobogán

 

a la felicidad, sin fin. Me pregunto si
alguien me miró, cuarenta años atrás,
y pensó esa será la vida;
no más Dios y sudar en la oscuridad

 

sobre el infierno y eso, o tener que esconder
lo que pensás del sacerdote. Él
y los suyos bajarán por el largo tobogán
como malditos pájaros libres. E inmediatamente

 

en vez de palabras viene el pensamiento de ventanas altas:
el vidrio que agarra el sol,
y más allá, el aire azul profundo, que muestra
nada, y no está en ningún lado, y es interminable.

 

Colonia 2019. Foto: Tam Muro

Annus Mirabilis

Las relaciones sexuales comenzaron
en mil novecientos sesenta y tres
(lo cual fue un poco tarde para mí) - 
entre el final de la prohibición de Chatterley
y el primer LP de los Beatles

 

Hasta ese momento sólo había
una suerte de negociación,
una pelea por un anillo,
una vergüenza que comenzó a los dieciséis
y se extendió sobre todo.

 

Hasta que de golpe la disputa paró:
todos sentían lo mismo,
y cada vida se convirtió
en un brillante hacer saltar la banca,
en un juego imperdible.

 

Así que la vida nunca fue mejor que
en mil novecientos sesenta y tres
(aunque demasiado tarde para mí) - 
entre el final de la prohibición de Chatterley
y el primer LP de los Beatles.

María Florka

Nació en 1992 en Adrogué. Estudia filosofía. En su tiempo libre se dedica a la música o a la poesía.

Compartir

Te puede interesar

El terror sin fronteras

El terror sin fronteras

Por Equipo Museo Sitio de Memoria ESMA

Voces de ultratumba

Voces de ultratumba

Por Rodolfo Yanzón

  • Temas